Oh Dios, que por la Encarnación de tu Hijo Jesús, escogiste a María, Madre de la Sabiduría y Madre de la Esperanza; concedenos por su intercesión, poner toda nuestra confianza en Ti, y amarte con todo el corazón sobre todas las cosas y al prójimo como a nosotros mismos.
jueves, 30 de abril de 2009
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Después de verte, Esperanza,
ResponderEliminaren tu hermosura perfecta,
Madre de Dios, uno y trino,
todo es posible en la tierra.
Todo menos otro rostro,
y otro perfil de azucena,
y otro candor en los ojos,
y otra angélica pureza,
otro profundo misterio,
una criatura que tenga
la belleza tan sencilla
que Dios quiso que tuviera
la Reina de su Esperanza
en los cielos y en la tierra.
El poema es de José María Rubio
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