domingo, 21 de marzo de 2010

BESAMANOS 2010



Rasga el silencio el aire de la sierra,
suspira con su brisa poesía,
por callejas y plazas paseando
en la noche susurra Ave María,
con las hermosas rimas de su canto.

La luna funde en lágrimas de plata,
nacaradas caracolas en tu paso,
abrasada de amor, la cera llora,
y aunque la tarde muera en el ocaso,
del Martes Penitente eres la Aurora.

Con el oro del sol entre las hoces,
los ángeles bordaron rico manto,
El Júcar pinturero, tus ropajes
tiñe con el verde del acanto
y blancura virginal en tus encajes.

Anónimas las almas de tus hijos
te mecen de puntillas en tu vuelo,
para hacer más liviana tu tristeza,
porque el blanco de tu pie no bese el suelo
y no se vea manchada tu pureza.

La frágil porcelana de tu rostro
perfuma la azucena enamorada,
el reventón clavel tus labios rojos,
la amapola tus mejillas sonrosadas,
¡La Gloria entera ostentas en los ojos!

Desbordando a raudales Esperanza,
confortas de tus hijos sus desvelos.
¡Conquense, si la ves no estas soñando
que la Reina y Señora de los cielos
bendice la ciudad el Martes Santo!

autor: Rafael Murgui Quintero
2 premio en el 1 concurso de poesía
Versos de la Pasión organizado por la
Asocioación Cultural Cristo de la Salud

miércoles, 17 de marzo de 2010

FALTAN 11 DÍAS PARA MARTES SANTO

EVANGELIO DEL MARTES SANTO

Jesús, profundamente conmovido, dijo: "Os aseguro que uno de vosotros me va a entregar". Los discípulos se miraron unos a otros perplejos, por no saber de quién lo decís. Uno de llos, el que Jesús tanto amaba, estaba reclinado a la mesa junto a su pecho. Simón Pedro le hizo señas para que averiguase por quién lo decía. Entonces él, apoyándose en el pecho de Jesús, le preguntó: "Señor, ¿quién es?". Le contestó Jesús: "Aquel a quien yo le dé este trozo de pan untado". Y, untando el pan, se lo dio a Judas, hijo de Simón el Iscariote. Detrás del pan, entró en él Satanás. Entonces Jesús le dijo: "Lo que tienes que hacer hazlo enseguida". Ninguno de los comensales entendió a qué se refería. Como Judas guardaba la bolsa, algunos suponían que Jesús le encargaba comprar lo necesario para la fiesta o dar algo a los pobres. Judas, después de tomar el pan, salió inmediatamente. Era la noche.

Cuando salió, dijo Jesús: "Ahora es glorificado el Hijo del hombre, y Dios es glorificado en él. Si Dios es glorificado en él, también Dios lo glorificará en sí mismo: pronto lo glorificará. Hijos míos, me queda poco de estar con vosotros. Me buscaréis, pero lo que dije a los judíos os lo digo ahora a vosotros: "Donde yo voy, vosotros no podeís ir".

Simón Pedro le dijo: "Señor, ¿a dónde va?". Jesús le respondió: "Adonde yo voy no me puedes acompañar ahora, me acompañarás más tarde". Pedro replicó: "Señor, ¿por qué no puedo acompañarte ahora? Daré mi vida por ti". Jesús le contestó: "¿Con qué darás tu vida por mí? Te aseguro que no cantará el gallo antes que me hayas negado tres veces".


Juan 13, 21-33.36-38


domingo, 14 de marzo de 2010